viernes, 18 de octubre de 2013

La importancia de un buen ajuste

Retomo la actividad en el blog, que hacía tiempo que no escribía. Claro, entre las vacaciones de verano, la cuesta de septiembre y centrarme de nuevo, pues he dejado un poco olvidado esto.

Aunque también, me gusta escribir, cuando hay algo que contar y esta vez sí hay algo que contar y creo que bastante interesante.

La verdad, esto sobre lo que voy a escribir, es una cosa que veo desde hace tiempo y siempre responde a un mismo patrón, el desconocimiento.


Me llaman muchos clientes con instalaciones que son una verdadera maravilla en cuanto a regulaciones, controles y automatísmos y todos absolutamente todos, tienen el mismo tipo de queja "me he gastado una barbaridad en este sistema cuando me iba mejor con los radiadores de toda la vida"

Y la verdad, no les falta razón, porque cuando un sistema de calefacción o climatización está mal configurado, puede ser la peor de tus pesadillas, porque en vez de confort, vas a obtener frustración.

Y ojo, si os fijáis hablo de confort, que aclaro que es muy diferente tener confort, a tener calefacción o refrigeración, porque la sensación de confort, sólo se obtiene  mediante un sistema que trabaja de forma precisa y sin altibajos.

Bien, cuando acudo a esas viviendas, me encuentro varios circuitos de suelo radiante, radiadores, mezcladoras, sistemas solares de apoyo a piscina... vamos un sin fin de elementos de última generación preparados para trabajar de forma automática y precisa, sin que el usuario se tenga que preocupar de absolutamente NADA


Entonces, ¿qué es lo que falla?

Bien, hay dos puntos de fallo en este tipo de instalaciones.


1º Regulación sobre regulación

Este es el primer error de base y se hace por auténtico desconocimiento del sistema a instalar.

Es decir, se desarrolla una instalación con los mejores sistemas del mercado y como no conocemos lo que son capaces de hacer, instalamos por encima de ellos, algo que sí conocemos.

¿Qué obtenemos con esto? muy sencillo, conflictos entre ambos y si son regulaciones muy sofisticadas, ya lo que tenemos es una clara "pelea de regulaciones"

Resultado, el usuario sin confort y con grandes consumos energéticos y con un lio tremendo a la hora de programar cualquier cosa por simple que sea.



 2º Regulaciones sin ajustar

 

Normalmente, se conjugan las dos opciones y esto hace que funcione aún peor.

Un sistema de calefacción, NO es algo que le das a una tecla y calienta sin control, es mucho más y si tenemos un sistema mal configurado, es imposible que funcione. 

Lo más normal que me suelo encontrar, es todo ajustado al máximo y esto se hace porque como el cliente se queja de que no va bien, en vez ajustarlo con precisión, sabiendo lo que se hace, se sube todo al máximo y así evitamos la queja y no invertimos tiempo en saber cómo funciona, pero la realidad es que sí evitas la queja, porque el cliente final, empieza a buscar una solución a esto, pero por otro camino, claro está.

Es tan importante este aspecto, que por un mal ajuste, consigamos el efecto contrario al deseado. He llegado a ver, cómo los paneles solares, enfriaban el agua, que calentaban durante el día, por la noche, y la caldera al detectar que se enfriaba el agua, se ponía en marcha para calentar, pero los paneles solares, así que imaginaos qué derroche energético.

Por eso, es fundamental invertir mucho tiempo en el ajuste y eso sólo lo puede hacer un mantenedor que tenga los suficientes conocimientos de cómo funciona el sistema y sobre todo, qué tiene que hacer esa instalación.

Mi consejo es observar bien cómo se comporta nuestra instalación, el usuario final es el que mejor sabe cómo está funcionando y en el caso de que tenga la sensación de que algo no va tan bien como debiera, o las facturas de energía sean demasiado altas, se debería poner en contacto con su mantenedor y así ver si todo está trabajando como debe.

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